¿La percepción de la realidad se basa, entre otros factores, en el desarrollo de las inteligencias múltiples o en la prevalencia de unas inteligencias sobre otras? Por ejemplo, ¿prevalece la inteligencia lingüística sobre la espacial?, ¿la emocional sobre la lógico-matemática?, ¿la inteligencia naturalista sobre la musical?, ¿o viceversa? ¿Se tiene en cuenta esta apreciación en la educación y en las programaciones didácticas? ¿Fomenta el desarrollo de los niños propiciar la interacción entre unas inteligencias y otras si tenemos en cuenta que la interacción es un proceso frecuente en la naturaleza en general y en la biología en particular? Por ejemplo, mientras lees este texto y escuchas música de Beethoven, de repente, tu mente puede imaginar un arco iris y, tal vez, ante la representación súbita de esta imagen, creas que es una alucinación, o que la sinapsis realiza un procedimiento diferente al habitual y tus neuronas han derivado en una sinestesia (evocación de un sentido a partir del registro sensorial de otro diferente) que te hace ver esa espectacular gama de colores a partir del estímulo musical. Algo similar, probablemente, les ocurrió a Kandinsky o a Franz Liszt (hay muchos ejemplos entre los artistas) en sus procesos creativos. Pero esto es solo un ejemplo de acción recíproca entre neuronas sensoriales sobre la que no ejercemos control.
Sin embargo, podemos intervenir en la interacción entre las inteligencias múltiples mediante la educación y la planificación curricular.
La inteligencia, según la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner, es la capacidad que tenemos para resolver problemas o crear productos valiosos en una cultura. Cada inteligencia (ocho propone en su teoría, aunque recientemente habla de nueve) se vincula con un área determinada del cerebro y, aunque es independiente, se combina con las demás para que desarrollemos determinadas tareas o roles. Por ejemplo, la inteligencia espacial con la matemática, la kinestésica con la musical, etc. De este modo, todas las inteligencias son susceptibles de desarrollo aunque en diferente grado y dependiendo de las personas.
Según este enfoque, los docentes pueden propiciar el desarrollo de cada inteligencia planificando las sesiones de clase con actividades afines a cada una. No es necesario diversificar unidades didácticas en base a las inteligencias múltiples, sino integrar en ellas tareas múltiples: un reto, sin duda.
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