«La capacidad de todos los alumnos de aprender a trabajar cooperativamente con los demás es la piedra clave para construir y mantener matrimonios, familias, carreras y amistades estables» [Johnson y Johnson. 1997. 62-63].
En una sociedad diversa, el aprendizaje cooperativo es un marco idóneo para favorecer el desarrollo cognitivo, emocional y social de los alumnos. Esta diversidad se plantea como una oportunidad, un estímulo para el aprendizaje, es inherente al ser humano y se ve reflejada en las aulas. El docente tiene en su mano la posibilidad de abordar esta realidad con el diseño de estrategias abiertas e integradoras, respetuosas con la heterogeneidad del grupo.
Introducir el aprendizaje cooperativo en el aula implica hacer cambios importantes, tanto a nivel estructural como metodológico. Además, requiere que el aprendizaje cooperativo se plantee como un contenido de aprendizaje en sí mismo; es decir, para aprender a cooperar, es necesario entrenarse a través de actividades específicas que enseñen en qué consiste cooperar, cómo organizarse y gestionarse.
El aprendizaje cooperativo se fundamenta en valores como la solidaridad, la empatía o el respeto por las diferencias. Para que estos valores se desarrollen adecuadamente es necesario que haya cohesión en el grupo. Esta es una condición que también debe propiciarse a través de actividades concretas.
Aprender de forma cooperativa es un buen sistema para que alumnos diferentes construyan conocimiento juntos, se enseñen mutuamente, se ayuden. Cooperar va más allá de cambiar la disposición del mobiliario del aula y juntarse para realizar una actividad. Implica trabajar juntos para lograr un objetivo compartido. Esto es posible a través de una estructura cooperativa bien implementada, que no anula el trabajo individual, sino que lo compatibiliza con el grupal, que asegura la interacción entre los miembros de un equipo y una participación equitativa y responsable de todos ellos.
Es importante no obviar que en nuestro día a día la cooperación, el individualismo y la competición están presentes y que es necesario saber actuar en cualquiera de los tres planteamientos. Los enfoques de enseñanza tradicionales se centran casi exclusivamente en planteamientos de aprendizaje individualistas y competitivos, por lo que desarrollar uno cooperativo en el contexto escolar abre vías de adquisición de competencias que, además, en un futuro, les serán exigidas en el entorno laboral.
BIBLIOGRAFÍA:
PUJOLÀS, P. (2008): 9 ideas clave. El aprendizaje cooperativo. Barcelona. Graó
LIÑÁN PÉREZ SAUL FERNANDO dice
trabajo en Educacion Especial (USAER)y compartimos esta estrategia de trabajo con los maestros de escuelas regulares para la inclusión de todos los niños en el aula regular. Me interesa conocer mas estrategias, dónde podría?
Tamara Orozco dice
Hola, Saúl Fernando, no sé exactamente qué tipo de estrategias o métodos te interesan, además, métodos de aprendizaje hay muchos. Lo que sí puedo decirte es que desde Fundación Créate desarrollamos un programa educativo que se fundamenta en el método de Aprendizaje Basado en Proyectos, entre otros, el Aprendizaje Cooperativo se integra bien dentro del ABP, y también hacemos uso de herramientas y técnicas de Design Thinking y Solución Creativa de Problemas. Espero que mi respuesta te sea de ayuda.
¡Un saludo y gracias por leernos!