Habitualmente las medidas de seguridad de los centros educativos configuran recintos vallados, un hábitat protegido: la escuela es una suerte de casa, y la casa, como dijo Gaston Bachelard, es «nuestro rincón del mundo» [2005: 34].
Sin embargo, hay ocasiones en que este hábitat se relaciona con el que hay al otro lado de las vallas, se enriquecen mutuamente. La realidad se amplía cuando los centros realizan jornadas de puertas abiertas y demuestran la relevancia de la escuela en ella.
No cabe duda de que estas jornadas adquieren un cariz especial cuando los alumnos asumen el rol del maestro y logran, sin esfuerzo alguno, que los demás aprendan de las propuestas que presentan. Así sucede cuando los alumnos del programa Creamos Nuestro Proyecto muestran su creatividad, concretada en proyectos que dialogan abiertamente con la realidad que les rodea, que se orientan a mejorar su entorno, en las jornadas de puertas abiertas que realizan las escuelas con este fin. De este modo, surgen iniciativas como ExpoSAFA, las jornadas del Colegio Valdefuentes o las de Escuela Ideo, con las que se invita a reflexionar que todos formamos parte de la comunidad educativa, que podemos ser alumnos de los alumnos y aprender de ellos en cualquier momento.
En estas jornadas de puertas abiertas, las escuelas se dirigen a un tipo de enseñanza en que los alumnos demuestran que el mundo es nuestra casa, nuestro rincón, y que también ellos contribuyen a crear esta amplia intimidad.
BACHELARD, Gaston (2005): Poética del espacio, México, Fondo de Cultura Económico.
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