Entusiasmo, respeto, educación
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Hoy tenemos el placer de presentaros a dos maravillosas profesoras del Colegio San Luis de los Franceses: Cecilia Godino y María Dolores Arias, que llevan 20 y 18 años en la enseñanza, respectivamente. Entre las dos suman una gran experiencia con los programas de Fundación Créate, ya que Cecilia lleva desde hace 7 años impartiendo a alumnos de 5º de Primaria el programa “Creamos Nuestro Proyecto” y para María Dolores es la tercera vez en 4 años que trabaja con alumnos de 3º de ESO el programa “Del Código al Proyecto”. Nos reciben en su clase, en Pozuelo de Alarcón, para darnos su visión de la enseñanza actual y cómo funcionan nuestros programas en el aula.
¿Qué destacáis de las nuevas generaciones en el aula?
Los niños actuales tienen la misma curiosidad y las mismas ganas de aprender de siempre, pero ha cambiado la manera de enfrentarse al aprendizaje. Tienen la información de manera inmediata y al alcance de la mano, con lo que esperan lo mismo de su aprendizaje en el Colegio; de hecho, algunos niños y adolescentes exigen tener derechos de adultos.
También ha cambiado la manera de relacionarse con los adultos. Los niños, hoy en día, se sienten más cerca del adulto y son más espontáneos; esto lleva, en algunos casos, a exceso de confianza incluso.
Nos afecta también la diversidad de criterios a la hora de educar por parte de las familias, que hace más complejo el entendimiento entre profesores y alumnos y entre profesores y padres, sobre todo.
¿Ha cambiado mucho la forma de enseñar?
Debido a lo anterior, la manera de enseñar ha cambiado en muchos aspectos. Las clases ya no pueden ser magistrales, los niños tienen que participar activamente de su aprendizaje y tienen muchas más herramientas para buscar información a su alcance. También, se presentan los contenidos de maneras diferentes para trabajar las diferentes Inteligencias Múltiples, favoreciendo así el estilo de aprendizaje particular de cada alumno.
Tampoco se puede dejar de lado la educación emocional, que hoy trabajamos de manera específica.
Además, la relación profesor-alumno es mucho más cercana, sin olvidar, por supuesto, las reglas básicas de respeto y educación.

¿Qué necesidades pensáis que hay que cubrir más urgentemente?
Creo que es importante, para los profesores, aprender a combinar los métodos tradicionales con los más innovadores. Hay que alcanzar el equilibrio. En la misma línea, tenemos que saber adaptarnos a los niños de la nueva sociedad, pero sin dejar de insistir en los aspectos básicos del aprendizaje: esfuerzo (frente a la cultura del mínimo esfuerzo), perseverancia (frente a la cultura del abandono), motivación intrínseca (frente a la cultura de dar todo hecho), paciencia (frente a la cultura de la inmediatez), reflexión tras la escucha y la observación (frente a la cultura de la expresión irresponsable).
¿Qué creéis que es más importante a la hora de dar clase?
El respeto.
Cuando los alumnos respetan al profesor y, fundamental también, el profesor respeta a los alumnos, el aprendizaje es fácil y fluido. Tanto los niños como el profesor disfrutan aprendiendo y educando. Para ello, es esencial que los alumnos tengan claros los límites y qué se espera de ellos.
El entusiasmo.
Cuando el profesor se entusiasma, conecta mucho mejor con sus alumnos. Si además domina la materia podrá ofrecer situaciones de aprendizaje para que sus alumnos creen por sí mismos.

El programa busca que los alumnos más jóvenes se impliquen en los problemas sociales y sus soluciones, ¿de qué forma lo hacéis?
Al presentarles el tema les explicamos que tienen que investigar sobre dicho tema, realizar observaciones y entrevistas que les ponen en contacto directo con la realidad que van a tratar de mejorar con su proyecto. Gracias a eso, se motivan y también involucran a los más cercanos y acaban desarrollando una sensibilidad hacia ese tema que les hace implicarse activamente.
¿Por qué el programa mejora la creatividad, la imaginación y qué supone esa mejora emprendedora de los alumnos?
Cuando a los alumnos se les plantea el problema, se les pide que encuentren una solución que aún no existe. Eso exige creatividad, imaginación… Además, para hallar dicha solución, se hace una lluvia de ideas que les ayuda a descubrir diferentes enfoques y a aceptar que cualquier idea vale. De hecho, a partir de las ideas más absurdas, puede surgir aquella idea que destaque sobre las demás y que aporte la solución más original al problema.
¿Cómo se lleva a cabo un enfoque humano a través de la creación de un proyecto en equipo?
Con un proyecto en equipo se trabajan muchos valores como la escucha, la empatía, aprender a respetar todas las opiniones y a valorar todos los esfuerzos; también sirve para aprender a resolver conflictos. En definitiva, con el trabajo en equipo, creces como persona.
¿Creéis que el proyecto podría implantarse a nivel general en las escuelas?
No vemos fácil implantar el proyecto en todos los cursos; nos parece que resultaría repetitivo. Nosotros lo implantamos en 5º de Primaria, 1º y 3º de ESO y pensamos que es suficiente. Además, en 1º de Bachillerato, en la asignatura de Economía, trabajan la creación de empresas y participan en proyectos externos. Lo que han aprendido con los programas de Fundación Créate en cursos anteriores les resulta muy útil.
Para poder implantarlo en más cursos, creemos que habría que dedicarle menos tiempo (que durase solo un trimestre, por ejemplo), que fuese aún más concreto el tema a trabajar y que abarcase más disciplinas.
¿Qué aptitudes habéis visto o creéis que mejora en los alumnos el programa de la fundación?
Creemos que se mejora en los siguientes aspectos:
- Al trabajar en equipo, aprenden a resolver conflictos.
- Desarrollan la creatividad y la responsabilidad ante el trabajo.
- Se hacen más sensibles a los problemas que los rodean.
- Aprenden a ser más resolutivos y respetuosos.
¿Cómo creéis que se trasladan estas aptitudes de los alumnos fuera del ámbito escolar?
Gracias a estas aptitudes que desarrollan con el proyecto, se ponen en contacto con la realidad y descubren que son aplicables en todos los ámbitos. Incluso hay grupos que, a partir del proyecto, han creado su propia empresa.

¿Qué ventajas obtienen los alumnos a largo plazo con esta metodología pedagógica?
Adquieren autonomía, aprenden a pensar, a crear, desarrollan su imaginación y la responsabilidad, se hacen más sensibles a lo que los rodea… También aprenden a ser críticos y a recibir críticas gracias al continuo feedback que se les exige a lo largo de todo el proyecto.
¿Por qué ayuda el programa a que los alumnos se conozcan mejor a sí mismos?
En Secundaria, a través del test de Fortalezas e Intereses, los niños se miran a sí mismos y son más conscientes de sus capacidades, pero también de las de los demás. Esto es útil para repartir los trabajos del proyecto ya que cada uno pone en juego sus propias aptitudes. En Primaria, no lo hacemos de la misma manera, pero los niños también descubren cuáles son sus aptitudes y las aplican luego en la distribución de roles.
¿Cuáles son las diferencias con un profesor que no aplica en el aula metodologías activas?
En Secundaria, esta metodología te ayuda a desarrollar un trato más personal y espontáneo con los alumnos. En Primaria es diferente, ya que la relación siempre es muy cercana.
En ambos casos, el profesor que aplica esta metodología necesita muchos conocimientos, estar siempre al día y una gran amplitud de miras para ser capaz de “aterrizar” y orientar las ideas más locas, sin frenar la creatividad de los alumnos.
Es un método transversal, ¿ha habido mejoras en cuanto a las asignaturas que impartís?, ¿cuáles han sido?
Las mejoras son también transversales, es decir, se mejoran competencias que se trabajan en todas las asignaturas como la expresión oral, el arte, la creatividad, competencias tecnológicas… En Secundaria, esto se hace a costa de no trabajar todo el programa, pero compensa por todo lo que se obtiene a cambio.
¿Ha cambiado la forma en la que impartís vuestras respectivas asignaturas?
Sí, aprovechamos conceptos y competencias trabajados en programas de Fundación Créate en las demás asignaturas y, principalmente, recurrimos más al feedback en nuestras actividades.

¿Cómo es la adaptación del programa al currículo?
En Primaria, no lo adaptamos, ya que lo trabajamos en una asignatura que llamamos Proyectos. En Secundaria, como dijimos antes, se trabaja el proyecto a costa de no trabajar todo el programa, pero compensa por todo lo que se obtiene a cambio.
¿Qué aporta pedagógicamente el hecho de que los alumnos aprendan inmersos en un proyecto?
Trabajar por proyectos ayuda a que los niños relacionen unas cosas con otras y a que vean el aprendizaje como algo global, no compartimentado. Además, favorece la autonomía y se refuerzan competencias transversales derivadas del trabajo en equipo.
¿Qué cambios habéis observado a través del trabajo en equipo de los alumnos?
A lo largo del curso, vemos cómo van mejorando todas las competencias transversales derivadas del trabajo en equipo como la autonomía, la empatía, la resolución de conflictos…
El error juega un papel importante dentro del programa, ¿por qué?
Es importante porque les enseña a revisar y estar atentos a los posibles errores y, sobre todo, les ayuda a darse cuenta de que siempre hay tropiezos pero que no pasa nada, que pueden volver a empezar y que no hay que darse por vencidos.
En resumen, es un gran aprendizaje para la vida.
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