Mujeres, niñas y ciencia
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Desde el año 2015, la Asamblea General de las ONU ha declarado el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. No es una celebración vacía, todavía hoy en día resulta necesaria y se intenta favorecer que las niñas opten por estudiar titulaciones de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
Según un estudio de la revista Science de 2017, a una edad tan temprana como los siete años, las niñas comienzan a relacionar las ciencias exclusivamente con los hombres, sobre todo por los estereotipos inculcados desde la infancia dando a entender que solo los hombres tienen cualidades para estas materias.
No es necesario explicar lo absurdo de esta situación y lo importante que es cambiar esta realidad para poder mejorar nuestra sociedad. Si perdemos por el camino posibles vocaciones científicas podríamos estar perdiendo importantes descubrimientos, aportes a la humanidad o nuevos desarrollos tecnológicos que esas niñas podrían haber realizado. Un lujo que ninguna sociedad se puede permitir.
En 2018, el gigante tecnológico Microsoft aportaba una serie de pilares a trabajar para poder cambiar esta situación, basados fundamentalmente en:
- Identificar y dar visibilidad a referentes femeninos en ciencia y tecnología.
- Generar interés.
- Apoyar su vocación.
- Fomentar un entorno de aprendizaje adecuado.
Si bien la necesidad de referentes femeninos es un hecho importante, puesto que son modelos en los que las niñas se pueden identificar y que generan mayor interés en las materias STEM, es en los demás aspectos donde los programas educativos todavía tienen que implementar un cambio. No basta solo con poner más biografías de científicas importantes, hay que generar un cambio activo.
Programas de innovación educativa STEM en Fundación Créate
En Fundación Créate llevamos desarrollando programas de innovación educativa en el ámbito STEM desde hace seis años y en esta experiencia hemos podido aportar ideas para la enseñanza de la ciencia y la tecnología en el aula.
Una de las experiencias más notables ha sido la colaboración con el Campus Tecnológico de la Universidad Carlos III para desarrollar dos talleres de ideación en STEM con adolescentes dentro del marco de la Semana de la Ciencia en 2019 y 2020. En ambos talleres se aprovechó este evento para dar visibilidad a mujeres que trabajan en el ámbito científico y tecnológico y, por otro lado, fomentar que fueran alumnas las que capitanearan cada equipo a la hora de idear la solución tecnológica que respondía a un reto propuesto por la Universidad.
No fue una sorpresa para nosotros encontrar que las alumnas del instituto tomaron papeles destacados en el taller y presentaron diversos proyectos que fueron muy valorados por la universidad. En una encuesta que posteriormente el Campus Tecnológico de la Universidad Carlos III realizó entre el alumnado presente en el taller, las chicas mostraron un importante aumento de interés y voluntad de realizar estudios centrados en el ámbito STEM.
Este éxito nos ha llevado a reflexionar sobre lo que podemos aportar para promover los estudios de ciencia y tecnología entre las niñas y adolescentes en los diversos programas que llevamos a cabo.
El trabajo en Equipo como elemento de cambio en el aula tecnológica
Promover la curiosidad y la experimentación, por encima del error, hace de las materias científicas y tecnológicas elementos mas amigables para las alumnas. Por otro lado, el trabajo en equipo favorece el apoyo mutuo entre las alumnas y que estas, que inicialmente no estaban interesadas en STEM, tengan perfiles nuevos que les ayudan a participar activamente en esas materias. Muchos profesores desarrollando estos programas se maravillan del cambio de actitud de sus alumnas asumiendo roles de liderazgo, impulsando el proyecto o gestionando conflictos del equipo.
Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP); aprendizaje para la vida
Todos los programas de Fundación Créate se basan en el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), en el que los alumnos y alumnas, formando equipos, tienen que desarrollar un proyecto, en el caso de nuestros programas STEM, un proyecto tecnológico. No tiene porque estar ceñido a lo que hacen en la escuela, queremos que lleven su proyecto hacia fuera, hacia sus propias vidas.
Al sacar la ciencia y la tecnología del aula, invitamos a las alumnas a aprender los contenidos de la asignatura de la mano del profesor, pero también a investigar sobre su entorno, ideando soluciones y aplicando los contenidos de forma práctica. Cuando las niñas y adolescentes tienen información amplia y relevante sobre los beneficios y el impacto de la tecnología en la vida de las personas, su interés por las carreras STEM se duplica.
Y no solo se queda en lo exclusivamente curricular: a través de los ABP, el trabajo de los contenidos conlleva la adquisición de habilidades transversales como la iniciativa, el trabajo en equipo, la resolución creativa de problemas y la comunicación. Elementos fundamentales para la vida profesional en el siglo XXI.
Del STEM al STEAM
Sí, trabajar en equipo y trabajar en Aprendizaje Basado en Proyectos han potenciado en los programas tecnológicos de Fundación Créate esa parte que Microsoft menciona en su artículo: generar interés en el aula, apoyar la vocación STEM de las niñas y adolescentes y fomentar un entorno de aprendizaje adecuado. En las ultimas ediciones de DrawingED varios de los equipos premiados por sus proyectos estaban formados por niñas y adolescentes, además de observar una mejoría enorme en la presentación, comunicación y desarrollo cuando es liderado por ellas.
Es aquí donde cobra sentido la “A” que la Rhode Island School of Design propuso hace ya varios años, añadir a STEM. “A” de Arts pero en sentido anglosajón, englobando todo concepto artístico: del diseño a la música, de lo escrito a lo visual, … Si llevamos la ciencia y la tecnología a nuestro mundo, a la realidad que viven niños y niñas, y promovemos que usen su capacidad de generar ideas para solucionar los retos que han descubierto en ese entorno, inevitablemente recurrirán a esa “A” como elemento necesario. Trabajando por proyectos desarrollados en equipo, de manera interdisciplinar y aplicado a problemas reales, STEAM le da una vertiente artística y creativa a la educación científica y complementa todas las ventajas anteriores con el desarrollo del pensamiento divergente y el incremento de la creatividad de las alumnas y alumnos.
En los próximos años recogeremos el fruto de este cambio de paradigma. Pero no debemos descuidarnos, en la sociedad de los próximos años, el mundo post-covid, necesitaremos de todo el talento posible en ciencia y tecnología. No podemos desperdiciar un porcentaje tan amplio por el hecho de no haber generado el suficiente interés en nuestras alumnas por el entorno STEAM. Aquí estaremos para ayudar en todo lo posible.
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