
Hace tres meses “Creamos nuestro proyecto”, el programa que la Fundación lleva en más de 20 centros educativos, comenzó con gran emoción, energía y pasión.
Muchos de los docentes arrancaban en esta nueva aventura llenos de incertidumbre, expectantes, inquietos. Otros, que ya lo realizaron años anteriores, volvían a embarcarse con nuevos grupos pero con la confianza de haber experimentado que el programa labra un camino que paso a paso da frutos irrepetibles, únicos. Y es que como decía Machado, el camino se hace al andar.
Primero conocieron qué es eso de ser emprendedor: tener iniciativa, creatividad, persistencia y aunque a veces sea difícil, asumir riesgos. Ser consciente de uno mismo -incluso a esas edades, desde los 10 años-, transformar un pro
blema en una oportunidad. Y es que como muchos de los chicos nos han enseñado, lo más importante es no rendirse, seguir hacia adelante, creer que es posible.
Todas estas ideas, que desarrollan los alumnos a través de las distintas actividades del programa mediante la importante labor docente de sus profesores, no se hacen realidad hasta que, a través de su propia experiencia, toman consciencia de que cada uno de ellos son los protagonistas y de que todas esas cualidades las reúne el equipo que conforman.
- Chicos de 4º de la Eso, del Centro Educativo Ponce de León
Con él han descubierto, a modo de exploradores, el mundo que hay a su alrededor. Se convirtieron en ciegos, imaginaron ir en silla de ruedas, olieron, escucharon y miraron más allá de lo que cotidianamente ven. Esta fase del programa ha sido y será siempre fundamental, una etapa llena de sorpresas.
No nos deja de impresionar cómo el niño y el adolescente se para, observa y ve cosas que nunca pudimos imaginar que vieran. Vivimos en un mundo que corre demasiado, que no respira, que parece dormido, y ver que aún tenemos la capacidad de descubrir, nos llena de satisfacción.

San Luis de los Franceses
Ahora, tras conocer cuáles son las necesidades, toca generar ideas. Pero tener una idea, dibujarla, darle forma y hacerla realidad, es una difícil tarea. Al principio todo parece abstracto e intangible.
Cuando un docente le plantea a un grupo de chicos: “Éste es vuestro templo, donde todo cabe, nada sobra,…” todo parece difícil e imposible. Sin embargo, los chicos siempre sorprenden y comienzan a plantearse interesantes RETOS partir de las observaciones y de los hechos que obtuvieron durante la exploración:
¿Cómo podríamos hacer que la compra fuera más entretenida para los niños?
¿Cómo podríamos hacer para que no hubiera tanto ruido?
¿Cómo podemos mejorar los bancos de la calle?
¿Cómo podemos hacer que los microondas no tengan ese ruido tan desagradable?
¿Cómo podríamos hacer para que la gente fuera más feliz?

Tras plantearse estos retos, llega el momento de dejar libre la imaginación, de no ponerle trabas, de no tener prejuicios, de ser auténticos y disfrutar de la cantidad de posibilidades que existen y que podemos crear. Comienza el brainstorming conjunto, en el que toda la clase aportará ideas que busquen resolver o dar respuesta a esos RETOS. Pronto empezarán a concretar estas ideas, a materializarlas, a darles forma. Así que esto no acaba aquí. Os seguiremos contando.
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