
Por Rosa Mejías y Santiago Nistal
Tiempo de lectura: 5 minutos
El concepto diversidad, del latín diversitas, según el diccionario de la lengua española de la RAE significa variedad, desemejanza o diferencia, y esto nos hace reflexionar sobre la forma de trabajar las diferencias en la educación, a la vez que sobre la creatividad e innovación, necesarias para acometer experiencias educativas desde esta perspectiva.
Por otro lado, ¿cuán diversos nos sentimos? La diversidad no suele ser una cualidad que nos atribuyamos normalmente para autodefinirnos, aunque podamos ser muy diversos respecto a la abundancia y variación de facetas de nuestra personalidad o carácter. La diversidad suele manifestarse, habitualmente, en relación a un conjunto o globalidad social. Los centros educativos (contextos de inclusión) son un ejemplo donde cobra relevancia, pues no hay inclusión si no hay diversidad. Por lo que, la diversidad debería ser una herramienta de educación en sí misma para canalizar valores, normalizar todas las diferencias, a la vez que un instrumento para que los estudiantes desarrollen el potencial que los define como personas.
La LOMLOE, al respecto, propone para Secundaria adaptaciones del currículo, la integración de materias en ámbitos, los agrupamientos flexibles, los desdoblamientos de grupos, la oferta de materias optativas, o programas de refuerzo y medidas de apoyo personalizado. Para llevar a cabo estas acciones, los docentes necesitan ser creativos y desarrollar una gran capacidad de innovación, que los ayude a integrar todas las expresiones de la diversidad en las aulas.
La metodología Design Thinking, base de los programas de Fundación Créate, es una herramienta para los docentes que favorece esta “normalidad” de las diferencias, pues potencia el trabajo en equipo, la empatía, el análisis de la persona (con herramientas concretas para ello) o los roles rotativos (perfiles de innovación de Basadur según las formas de procesar los problemas). Todos estos aspectos abren procesos de interacción entre los estudiantes donde la diversidad es reflejada en procesos naturales, y las diferencias son aprovechadas para un mejor resultado de aprendizaje.
Zorana Ivcevic, investigadora de la creatividad, diferencia entre las ideas y la acción que permite transformar aquellas en productos. Trasladándonos a la cotidianeidad de las aulas, nos planteamos, ¿cómo pasa el docente de las ideas a la acción en el aula?, ¿hasta dónde tiene capacidad para innovar?, ¿cómo integra las diferencias en el desarrollo de la clase?
El Instituto IES Josefina Aldecoa de Alcorcón es uno de esos centros en los que la diversidad siempre está presente. En su numeroso alumnado encontramos chicos y chicas de diversos entornos, orígenes y con realidades completamente diferentes. Lo que en otros lugares sería un problema, aquí lo han transformado en virtud.
La idea es que con el concepto diversidad exista siempre el de inclusión. Que nadie se sienta desplazado, olvidado… que todos los alumnos/as asuman un papel activo como agentes de cambio haciendo de la diversidad una riqueza y de la inclusión la más poderosa de las herramientas.
¿Cómo han logrado esto? El trabajo cooperativo es cotidiano, en numerosas ocasiones desarrollan proyectos en equipos en los que buscan tener perfiles diversos. En palabras de una de sus profesoras (Cristina Roel), en el aula tecnológica “cuanto más heterogéneo es el grupo, mayor complejidad de los retos y mayor riqueza de las ideas”. Y no solo hablamos de diversidad de orígenes o nacionalidades, en el IES Josefina Aldecoa el trabajo de inclusión con alumnos con diferentes capacidades es algo normal: alumnos con Trastorno de Espectro Autista, alumnos con discapacidad auditiva, …
Por tanto, el Aprendizaje Basado en Proyectos o el Cooperativo dan sentido a aquellos retos que están intentando resolver. Y han encontrado que solucionar todo lo que ese alumnado plantea en el centro es una gran medida de inclusión: ¡qué mejor que hacer partícipe a todos en esa tarea! Resolver los problemas que cualquier alumno o alumna pueda tener cada día, investigar cómo hacerlo, plantear soluciones y, sobre todo, hacer protagonistas a aquellos alumnos para los que trabajamos en diversidad e inclusión, puesto que son el insight propio de los proyectos del IES Josefina Aldecoa, como nos gusta decir dentro de los programas de Fundación Créate.

Han tomado, por tanto, los Objetivos de Desarrollo Sostenible números 4 (Educación de Calidad), 10 (Reducción de la desigualdad) y 16 (Paz y Justicia), como bandera de sus trabajos, y han querido empezar por cambiar su centro para luego cambiar el mundo.
En palabras de Cristina Roel: “estamos viendo proyectos en equipo que buscan soluciones para que todos los alumnos puedan convivir mejor y romper con las barreras que las dificultades levantan”. Pues ese es el éxito innegable de un centro educativo, y estamos muy orgullosos de que Fundación Créate pueda colaborar en ello, aunque sea con una pequeña participación. Aportamos herramientas, pero los profesores y profesoras, los jóvenes y los centros educativos son los maestros que levantan esas ideas y las llevan a la realidad.
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