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“El cerebro se queda apegado al estado previo” (Castellanos 2021:95).
¿Quién no se ha quedado en un estado de inmensa alegría después de vivir una experiencia positiva, aún después de desaparecer la causa que lo provocó? Que tire la primera piedra quien no le haya sucedido, ¡porque además será motivo de un estudio en cualquier laboratorio de neurociencia! Esto es lo que nos sucede después de un periodo de descanso, de vivir experiencias enriquecedoras, de compartir en armonía… Aunque ese “apego” al estado anterior también sucede con experiencias negativas.
Pasar de un estado de trabajo intenso a un estado de reposo, o viceversa, requiere una transición del cerebro, lo que también conocemos como periodo de adaptación. Aunque en esa adaptación permanecemos aún en el estado anterior, tomar conciencia de este mecanismo cerebral (¡a fin de cuentas tenemos que convivir con nuestro cerebro!) y prestar atención a nuestras sensaciones nos ayuda a estar más conectados con el momento concreto que vivimos. Esta actitud y predisposición es más saludable porque tomamos el control de nuestras emociones, las gestionamos mejor y no terminamos arrastrados por ellas.
“En neurociencia se dice que la dinámica cerebral presente predispone la respuesta neuronal futura generando expectativas” (Castellanos, 2021). Y efectivamente se cumplen, porque nuestro sistema se predispone a su cumplimiento.
Desapegar el cerebro de estados estresantes para disfrutar un periodo vacacional (o simple reposo) o viceversa, volver a iniciar la actividad después de un periodo de descanso, es un proceso similar desde el punto de vista de la inercia del cerebro; en ambos casos se requiere de un periodo de adaptación.
En momentos de reinicio de actividad (como por ejemplo el curso escolar), para contribuir y “remar” hacia nuestro bienestar, necesitamos, aparte del periodo de transición cerebral, conectarnos con ese momento y recomenzar las tareas activando el Sistema de Logro (uno de los tres sistemas de regulación emocional que Paul Gilbert sugiere en su modelo evolutivo). Este sistema, a partir de la consecución de metas u objetivos que nos hayamos propuesto, estimula la segregación de dopamina, que desencadena emociones como la vitalidad, la excitación, el entusiasmo… De esta forma se activan los circuitos de recompensa del cerebro, que despliegan todos los recursos para conseguir las metas. Es como una rueda, un circuito de actividad y recompensa.
En Fundación Créate ya tenemos activado “nuestro” Sistema de Logro, y hemos desplegado todos nuestros recursos para acompañar a los docentes en la implementación de los programas educativos de la fundación, y contribuir al desarrollo de las competencias creativas y emprendedoras de los más jóvenes.
La vuelta al cole
Iniciamos la travesía con la formación de docentes desde el 26 de septiembre hasta el 5 de octubre.
Si aún no te has inscrito, un año más, te damos la oportunidad de cambiar la inercia de tu aula. Hasta el 16 de septiembre de 2022 puedes inscribirte en cualquiera de los programas de INNOVACIÓN y EMPRENDIMIENTO de Fundación Créate, que tienen encaje curricular con la LOMLOE y afianzan las Competencias digitales CompDigEdu. Además, formarás parte de una gran comunidad docente, con participación en eventos y concursos como Drawing ED o South Summit Kids.
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¡Buen inicio de curso y buena travesía!
BIBLIOGRAFÍA
CASTELLANOS, Nazareth (2021): “El espejo del cerebro”. Madrid, La Huerta Grande.
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