
Por Santiago Nistal
Tiempo de lectura: 5 minutos
Como cada 19 de noviembre, celebramos el Día Internacional de la Mujer Emprendedora, y hemos querido reflexionar de nuevo acerca de la transformación que estamos viviendo y en la posible influencia que la educación emprendedora está teniendo en ese cambio de paradigma. ¿Cómo es una emprendedora? ¿Influye la educación en emprendimiento en edades tempranas para que haya más mujeres emprendedoras?
A veces definimos al emprendedor como “una persona que es capaz de detectar las oportunidades para desarrollar un nuevo proyecto pero que también tiene las habilidades para poder realizar ese desarrollo” (Harper, 1991).
Para Fundación Créate es un pilar fundamental adaptar esta definición dentro de un marco que incluya a la escuela desde las etapas más tempranas.
¿Cómo llevar este concepto a la educación? Podemos detectar dos tipos de educación en emprendimiento:
- La educación que se centra más en la gestión empresarial, en la que se usa el emprendimiento para conocer la cultura empresarial y el sector financiero.
- Educación más “social”, donde la educación en emprendimiento busca el desarrollo de habilidades personales en los estudiantes, la adquisición de competencias y el convertirse en protagonistas de su propia formación, para luego ser actores principales en la transformación de su entorno (Damián, 2013).
El Global Entrepreneurship Monitor habla de: […] la disciplina que engloba los conocimientos y habilidades “sobre” o “con el fin de que” el emprendimiento, en general, sea reconocido como parte de los programas educativos correspondientes a las enseñanzas primaria, secundaria o terciaria en las instituciones educativas oficiales de cualquier país (Conduras, A., Levie, J., Kelley, D., Saemundsson, R. y Schott, T., 2010).
El objetivo de esta educación emprendedora es impulsar la generación de ideas ante los nuevos retos de la sociedad, pero también educar en resiliencia, proactividad, responsabilidad y conocimiento de sí mismos y de su entorno.
Estos son algunos de los efectos positivos en los estudiantes desde edades tempranas: generación de cambio, mejora de la autoestima, empatía con su entorno social, competencia sana para lograr los mejores objetivos y, sobre todo, la capacidad de trabajo en equipo, de aceptarse como parte de él y de aceptar que lo que otros aportan tiene tanto valor como lo de uno mismo. Desde muy jóvenes, niños y niñas buscan desarrollar y usar sus mejores habilidades. El emprendimiento les ayuda a hacerlo.

Y esto está siendo especialmente visible en las niñas. El cambio del paradigma esta siendo brutal. Si el emprendimiento en la Generación Boomer y en la Generación X era mayoritariamente masculino, debido al peso de los hombres en la historia, y a la falsa creencia de que los valores asociados al emprendimiento y la propia creatividad eran superiores en ellos, en la generación Milennial y en la Generación Z encontramos que las niñas y las jóvenes están encontrando su espacio. Por vez primera los mensajes que se transmiten son para ellos y ellas. Y han decidido tomar ese protagonismo que se les había negado.
Como ya hablamos en otra entrada de este blog, la Educación Emprendedora y el Aprendizaje Basado en Proyectos favorecen la aparición de nuevos roles en los niños y las niñas, más allá de los monolíticos conceptos que teníamos antiguamente a la hora de emprender: Ya no hablamos de un “homo emprendedoris”, hablamos de equipos emprendedores en los que sus miembros tienen diferentes roles: personas que empatizan, que investigan, que usan las TIC como herramienta fundamental, que son creativas, que son críticas, que son hábiles para comunicar… incluso que combinan varias de estas habilidades.
Esto ha permitido que las niñas ocupen espacios nuevos, que puedan mostrar habilidades que antes les eran negadas y, sobre todo, que sean protagonistas en su propio proceso educativo. Sus efectos se empiezan a percibir en el mundo empresarial y en el ecosistema emprendedor en nuestro país. Estamos viviendo un momento histórico (nunca antes en España habíamos tenido una explosión de talento femenino), sobre todo en el ámbito STEAM.
Mujeres emprendedoras
Podemos hablar de mujeres como la ingeniera biomecánica María González Manso que con solo 23 años desarrolló Tucuvi, una plataforma que mejora la asistencia a personas mayores y pacientes crónicos a través de inteligencia artificial y tecnología basada en la voz. La herramienta sirve para monitorizar a los pacientes en el hogar durante las 24 horas al día mediante protocolos de conversación personalizados.
O el caso de las hermanas Chanel e Iris Sopo, fundadoras de Integreellence . Chanel Sopo es ingeniera y diseñadora industrial y su hermana, Iris, es licenciada en Ciencias del Mar. Conscientes del problema que había en España en materia energética y más concretamente de reciclaje, crearon Integreellence orientado a la economía verde y circular mediante el desarrollo de productos tecnológicos.
Tenemos un tercer ejemplo, el caso de Andrea Barber, cofundadora y CEO de RatedPower, empresa tecnológica cuyo software, pvDesign, permite realizar el diseño e ingeniería de plantas solares a gran escala de forma instantánea. Además, es cofundadora del podcast Vostok 6, cuyo objetivo es dar visibilidad a mujeres pioneras en diferentes ámbitos y así inspirar a otras mujeres para que sepan que pueden ser lo que quieran.
Podríamos seguir citando ejemplos. ¿Qué es lo que ha cambiado? ¿Por qué esta explosión de talento y emprendimiento femenino en el siglo XXI? La educación es la respuesta: se ha empezado por llevar la cultura emprendedora dentro del paraguas de los aprendizajes colaborativos, y ahora se está incluyendo en la propia reforma educativa de la LOMLOE.
Este proceso es ya imparable. Niños y niñas crecerán dentro de un sistema educativo que les invita y ayuda a cambiar su entorno desde una perspectiva creativa y colaborativa: generando ideas, asumiendo riesgos, esforzándose por lograr metas, responsabilizándose en su camino y en el impacto que tendrán en su entorno. Y eso se traducirá, cuando llegan a su edad adulta, en nuevas empresas, en más emprendimiento y en más transformación social.
Todavía hoy son pocos los programas de emprendimiento que se desarrollan en la niñez, Fundación Créate ha apostado desde el principio por llevar esta idea a Educación Primaria con Creamos Nuestro Proyecto y, posteriormente, con otros programas. Más de 10 años de experiencia nos avalan. Y nos emociona pensar que desde los programas de la fundación hemos contribuido con una pequeña gota al mar de talento femenino.
Que siga siendo así. Que ellas sigan cambiado el mundo.
Bibliografía:
- Conduras, A., Levie, J., Kelley, D., Saemundsson, R. y Schott, T. Global Entrepreneurship Monitor Special Report: Una Perspectiva Global sobre la Educación y Formación Emprendedora. Global Entrepreneurship Research Association (GERA). Recuperado de http://datateca.unad.edu.co/contenidos/256593/Evaluacion_final/Perspectiva_Globa l_Formacion_y_Educacion.pdf
- Damian, J. ¿Pueden los niños adquirir y aplicar conocimientos de emprendimiento? Revista Nova Scientia, 2013.
- Kuriloff, Athur, et al., How to Start your Own Business… and Succeed, Estados Unidos, McGrawHill Co, 1991.
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